Y nosotros pateando las mismas veredas que los solos
mirando de reojo sus angustias con nostalgia
con esa empatia de haber cruzado el mismo charco
sabiendo donde duele como y cuanto
Los vemos y hasta nos parece vernos
como si fuera antes de ayer que escapabamos de los mismos fantasmas
y cruzabamos ciudades escapando de un solo nombre
El tiempo que aletarga sus relojes de horas languidas y grises
es el mismo que raudo se escurre de nuestras manos de acariciar
mientras el mundo complice de todo observa con sus ojos de gato siames
como nos embrollamos asincronicos vestidos de distintos nombres
Ellos no nos ven
Los solos solo encuentran reflejos que los devuelven solos
como si las vidrieras no hablaran mas idioma que el de la tristeza
y se condenan a cadena perpetua de desvelos
como si las madrugadas solo fueran una excusa para dormir con pies y abrazos
Nosotros creyendo entender su cavileo a paso lento
confiando en el don de equivocarnos
quebramos la sonrisa a medio lado en una mueca
sin saber si en medio del abrazo compartido
no seremos dos solos oficiando de refugio
otro del uno y viceversa
A veces la obligación es placer, como en este caso, visitarte. Nos hacemos seguidores en libertad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Marpin y La Rana