Dos pasos después del umbral
la despedida comienza a tornarse amarga
Uno encuentra en la calle
la brisa caliente de la ciudad que agoniza
ante el sol de las dos de la tarde
mientras camina piensa
o piensa mientras camina
"La vida debe ser otra cosa"
Asume su rol de transeúnte anónimo
y repite de memoria las veredas de todos los días
la despedida comienza a disiparse
y la amargura ya es un resabio
y luego nada
Allí uno con sus convicciones firmes
y sus astenicos ideales
comienza a ser triste
Triste con esa tristeza universal
acostumbrada
no triste de desasosiegos
desengaños
o desesperanzas
Triste de tristeza trivial
la compartida
por no poder hilvanarle una sonrisa
a la vida pueril
sin ornamento ni efectos especiales
A esta altura debe faltar mitad de camino
y es allí donde uno imagina que sueña
y en el sueño
deshace el camino y sonríe
y encuentra que va dando pasos
sobre veredas desconocidas
y sin saber por que siquiera
es feliz
Y no carga con obligaciones
ni responde a nadie que no sea a si mismo
y llega al umbral
da unos golpes sutiles a la puerta
y antes de darse cuenta esta abrazando
"Volví" - le dice al oído
Hasta que un bus
con sus crujidos de remaches flojos
y estridencias de deteriorados mecanismos
le cruza el paso y el ensueño
la gente observa desde arriba
con los ojos viejos y cansados
mirando nada
tal vez pensando
que la vida debe ser otra cosa
Qué bueno...qué bueno....
ResponderEliminarun abrazo
FELIZ NAVIDAD!!!!
ResponderEliminarun abrazo!
Triste de tristeza trivial...y sin embargo la vida se pone más vida ahí, donde la escribís ;)
ResponderEliminarBesos
genial!!! simplemente!
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