Desde su recóndito cubil
a tientas y azorado
nos llega el otoño
aburrido de otras latitudes
a teñir de dorado y tempo lento
nuestro jubilo estival efervescente
Se asoma con premura a nuestros días
a pintarnos las mañanas de otros cielos
de sol aletargado de nostalgias
Y a irrumpir nuestras veredas desoladas
con el marco impar que dan las hojas
decorando de ocre los caminos
Y bien digo que nos llega
porque el mismo nos empapa las raíces
nos madura desde dentro
nos otoña las entrañas
y con eso
de manera inevitable
nos deshoja sin azar
de los miedos caducos que nos quedan
El otoño inexpugnable nos abraza
nos devuelve postergados tiritares
instándonos porfiados a la busca
de la tibieza fraternal y del refugio
Nos llega el otoño enhorabuena
concediéndonos el don de los abrazos.
Foto: Ema Sur |
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