lunes, 8 de marzo de 2010

...

Cuando ella se bebio la luz de un sorbo
ya no hubo dos noches iguales.
Y aunque los sueños intentaron repetir
la imagen del silencio de su piel
no hubo dios capaz de rescatarla
de aquel vasto desierto de lo que fue
al que llamamos memoria.
Sin embargo conservo algun recuerdo de sus formas
como un instante de magia entre mis manos torpes.
Lo fugaz y lo eterno dirimiendo un limite.
Solo naciste para que el olvido
que todo lo corroe y lo devora,
te roce y no te tenga.

2 comentarios:

  1. Nuevamente quedo perplejo ante tanta elocuencia y razon, una ves mas ema me dejas solo con tus palabras. Muy bueno.

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  2. Se agradece.. Mas se agradeceria que abandones el anonimato.. saludos.

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