miércoles, 26 de mayo de 2010

...

La vida son fragmentos diferentes
que se asemejan a una continuidad
pero nos llega de a retazos.
A todos nos ocurre,
que caminamos tras una sucesion de situaciones
que no son mas que retales de un todo en comun
disfrazados de otra cosa, claro,
porque no podemos pretender
que la vida misma se nos presente
asi de repente, como un rayo,
entera y desnuda.
Aunque no voy a desmentir
que a veces sucede
si la fortuna escoge el mismo lado que nosotros.
Uno debe estar despierto
bajarse unos segundos de los sueños
y abrirle bien los ojos a toda señal
por mas infima que parezca.
Me atrevo a decir, con infundada seguridad,
que los milagros son como un iceberg,
a los que solo podemos distinguirle el vertice,
y eso ya es demasiado.
Pues hay milagros silenciosos
y uno, tan sordo como es,
debe aprender a escuchar con calma.
Cuentan que el angel que soño el silencio
para que nosotros no lo veamos
puso en ese in-sonido
mucho mas que azules y noches y misterio.
Porque en cada silencio se esconde
un decibel de verdades
de notas indescifrables
con un ramillo de esperanzas.
Debemos estar atentos a todos los despistes
porque en cada adoquin podemos pisar la fortuna
y tropezarnos con algun milagro en medio de la vida,
aparentando ser otra cosa.
En Pasaje Baucis hay muchos adoquines, cientos,
y hay faroles, y a la noche hay noche y luna.
Yo no necesite pisarlos todos
casi sin pensarlo cruzaba,
entre perdido y buscandome,
por ese trecho de magia antigua
y cayo mi paso sin saber que ahi estaba la suerte
toda vestida de Ella.

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