martes, 2 de junio de 2009

Despedida...

Hablame de todo con esa forma de hablar
como si se estuviera aprendiendo el idioma.
Del verso secreto que la tinta y el papel en comunion
nos vedan por perverso capricho.

Y si yo no supe contagiarte
sabras disimular que no he podido.
Y soñaras lunas, princesa de antifaz,
para poder mentirme mirandome a los ojos.
Mas alla de esta ilusion no moriremos.
Mas aca del corazon no habra esperanzas.

Que nos embruje la piedad del vino.
Para no vernos como dos pateticos arlequines
bailando una danza grotesca.

Caminemos por las calles dormidas
como si no tuvieramos memoria.
Como si el tiempo sirviera para algo mas
que para convertirnos en espera de aquello que esquiva su genesis.

Y hagamos escuela de lo que sera poesia en otras masnos.

La despedida sera la que destierre este sin sentido
entre el parentesis de nuestras vidas divorciadas
aun antes de encontarnos.

Inventaremos la excusa, sera facil:
Algo asi como que nos fuimos perdiendo
por miedo a morir sin mañana.
Y que ya no coincidimos, ni en tiempo, ni en lugar.
Ni en todo aquello que compartiamos cuando eramos lo que eramos,
si alguna verz fuimos.

Ahora el final, como le llega al sueño el despertar.
Que nos llore el silencio.
Que se suicide la esquina... Olvidemos!

Y el partir sera solo un instante instrascendente,
a la vera de las mil conjugaciones que inventamos del amar
y la oscuridad del temer.
Tu hacia el sur, yo sin norte, a cualquier parte.

Las noches llegaran a reclamarnos
con melancolia entre los dedos lisiados.
Sepamos ignorarlas.

Busquemos un pretexto, sera facil:
Disimulemos si escapa un lagrima, y mintiendo convencidos,
digamos que fue lo mejor.
Y que no supimos amarnos de otra forma,
solo asi, como se aman los pajaros.

Sin cortar sus alas.

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